martes, 15 de febrero de 2011

Inés Enciso digna representante de la mujer colorada

Hoy vamos a rendir un merecido homenaje a la mujer en la persona de la doctora Inés Enciso, quien representó con hidalguía a sus congéneres dejando como ejemplo su brillante trayectoria en el Partido Colorado y para que la generación actual sepa quien fue ella, su lucha para que hoy día las mujeres ocupen el lugar que se ganaron en la política y que gracias al Partido Colorado que fue el promotor y conquistador de la ley de los derechos civiles y políticos de la mujer.

La mujer constantemente fue cifra de preponderancia en la actividad política del Partido Colorado. Las exponentes del género femenino se aglutinaban en la comisión de Damas Coloradas, organismo reconocido oficialmente por la Junta de Gobierno de la época. Su función no se limitaba exclusivamente a la asistencia social, sino que desenvolvían una permanente tarea política, transmitiendo la doctrina y la ideología partidaria entre sus congéneres a quienes, al mismo tiempo, les adiestraban en el conocimiento de un oficio que les abriera las puertas del universo laboral.

Esas damas de aquellos nostálgicos tiempos bregaban por las conquistas de sus derechos. Fueron las que sembraron las primeras semillas para que años después, otras lograran definitivamente la igualdad de derechos civiles y políticos con los varones. Hoy las mujeres son senadoras y diputadas, secretarias de Estado, embajadoras, intendentes municipales, gobernadoras, ministras de la Suprema Corte de Justicia, magistradas judiciales, fiscalas, concejales municipales y departamentales, miembros de los directorios de partidos políticos, etc.

Unas de esas mujeres rutilantes del pasado fue la Dra. Inés Enciso. Una honorable señora descendiente de una familia de renombrada prosapia republicana, que desde su juventud probó a quienes la observaban detenidamente que su condición de mujer no representaba obstáculo alguno para ella.

Ya en su época de estudiante universitaria confirmaba su carisma prodigioso, pues no perdía oportunidad para subir a una tarima y desde allí, con entusiasmo desbordante, arengar a sus compañeras en torno a las bondades patrióticas del coloradismo. Era, sencillamente, una líder, de personalidad cautivante que atraía a sus condiscípulas y a quienes la escuchaban y trataban.

Así la Dra. Inés Enciso fue abriéndose paso en el coloradismo. Los directores del Partido la admiraban, la respaldaban, y no vacilaban en reconocerle el sitio de honor que por merecimientos propios había alcanzado en la Junta de Gobierno. Ella contribuyó resueltamente a despejar de malezas la senda que conduce a la realización plena de la mujer paraguaya en todos los ámbitos del quehacer colectivo.

Las damas coloradas de la actualidad, las que son dirigentes partidarias superiores o de Seccionales, y las que ocupan cargos de relevancia en el Gobierno o en el servicio exterior, deberían rendirle justiciero homenaje  a esta mujer compatriota que  militó en la vanguardia de la lucha por los derechos femeninos.

Que el ejemplo de vida de la Dra. Inés Enciso estimule y afiance el espíritu de la Mujer Colorada de las presentes y futuras generaciones.