jueves, 26 de septiembre de 2013

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La consigna es: de lo partidario a lo nacional

Los colorados debemos convenir en que nuestra primera obligación, en estos momentos, consiste en servir en todos los aspectos al pueblo paraguayo. Si nos ponemos por encima de cualquier disidencia interna, ya que estamos en el camino de la unidad total del Partido, que nos permitió el retorno al poder, y siendo fieles a nuestra hermandad republicana y a nuestra fuerza colectiva, del mismo modo estamos en condiciones de cumplir la misión nacional que nos corresponde, de acompañar al nuevo gobierno en la tarea de la democratización integral, el bienestar, y el progreso de la patria.

Debemos tener en cuenta que lo partidario y lo nacional se conjugan, cuando en nombre del coloradismo ofrecemos la capacidad de actuar para el bien de la ciudadanía, porque un partido desde el gobierno asume la causa de todo el pueblo, y solamente la atención a esa causa común, que es la anhelada por nuestros compatriotas, habrá de otorgarnos el derecho de ser merecedores de la colaboración de todas las voluntades sanas del país.

Atentos a esa premisa, los colorados debemos dar la seguridad, al pueblo y al gobierno, de que ninguno de nuestros correligionarios osará convertir el escenario político en un escenario personalista, el ejercicio del poder debe entenderse como una escuela de virtudes, y como una práctica honrada de la democracia.

Es para ese fin, que perentorio se presenta, creer en la bondad de nuestros principios, y en la pureza de la doctrina que sustentamos, para poder exigir con la moral política, el imperio de una positiva vida orgánica e institucional en lo partidario y en lo nacional.

Creemos y confiamos en que el gobierno nacional, con el Presidente de la República Don Horacio Cartes, está comenzando a ejecutar sus proyectos para grandes emprendimientos en lo nacional, y cuyos buenos resultados fortalecerán la confianza del pueblo paraguayo en el Partido Colorado, y por tanto, es de buen republicano brindar nuestro apoyo a esta ciclópea tarea, y darle tiempo al tiempo para que también los correligionarios tengan su oportunidad para colaborar en funciones importantes de este gobierno, y demostrar que en sus filas, también tenemos gente altamente capacitada en lo profesional y en lo técnico.

Entonces, con criterio de amplitud democrática y fieles a la tradición del partido, debemos seguir luchando y así auspiciar que todos aquellos que se sienten desplazados, se sumen a la gran causa nacional.

Nuestro partido es grande por sus ideas y por sus proyecciones, y justamente por eso puede manifestarse hoy libremente, con un ropaje de decencia, de cultura, y de noble educación política en los discursos, en la prensa y en la arena cívica, la libertad dentro del partido de expresarse libremente tal como ocurre en estos momentos, es posible, solamente porque el fin de nuestra política es la libertad, para que en ella se fundamente el reinado del derecho que es la verdadera y única fuente de la paz, la justicia y la democracia.

Estas ideas no son nuevas, han existido siempre, pero por ello mismo debemos repetirlo siempre, porque es la enseñanza del General Bernardino Caballero, pacificador y caudillo, que ha fundado un partido, la Asociación Nacional Republicana, para ser como debe ser, factor de la grandeza moral y material de la nación paraguaya.


Apoyemos pues, la tarea que está emprendiendo el presidente de la República Don Horacio Cartes, y también a la primera mujer que ocupa la presidencia del glorioso Partido Colorado, la Senadora Lilian Samaniego en su gestión, de dialogar, de disentir dentro de un marco de respeto, y de haber logrado con ello, la unidad partidaria, que permitió no solamente el retorno al poder de nuestra nucleación política, sino también demostrar a propios y extraños que el Partido Colorado es el partido de la auténtica paraguayidad y el que ha hecho la realidad de convertir a nuestra patria en una nación moderna y progresista.