Gral. Bernardino Caballero, fundador del Partido Colorado
El año 1887,
marca una fase decisiva en la historia paraguaya, puesto que los sectores
políticos de más significativa gravitación en la sociedad civil desde tiempo
atrás, se formalizan definitivamente como instituciones partidarias. En julio
de 1887, se funda el Centro Democrático luego Partido Liberal, mientras que el
11 de setiembre del mismo año, se instituye la Asociación Nacional Republicana
(Partido Colorado) liderada por el General Bernardino Caballero y otros ex
combatientes de la guerra grande, amigos y descendientes, de la corriente
nacionalista del Mariscal Francisco Solano López.
El 25 de
agosto de 1887 se celebra una reunión en la residencia del General Bernardino
Caballero, donde acudieron personalidades que avalaron con su firma la
constitución de un partido político que propenda al interés público, el
engrandecimiento y la prosperidad del Paraguay y la de sus habitantes, dentro
de un marco de respeto a la Constitución Nacional, de justicia social, de
igualdad, sin distinción de condiciones sociales.
La comisión
encargada de redactar el programa y el estatuto del nuevo partido político,
estuvo conformada por Bernardino Caballero, Higinio Uriarte, José G. Granada,
Santiago Cardozo, Juan G. González, José Segundo Decoud, Ángel Benítez, Juan
Crisóstomo Centurión, Remigio Mazó, Esteban Rojas, Miguel Alfaro, Guillermo de
los Ríos, Héctor Carballo, Zacarías Samaniego y Jaime Peña. Posterior a esta
designación se resolvió por unanimidad, que la novel nucleación política se
denomine “Partido Nacional Republicano”. Su instalación definitiva tendría
lugar el domingo 11 de setiembre de 1887 en horas de la mañana, en el local del
Teatro Olimpo, siendo en la oportunidad designado Presidente el General
Bernardino Caballero.
EL MANIFIESTO FUNDACIONAL
La parte más
resaltante de la fundación del Partido Colorado, fue el brillante manifiesto
donde se sintetizaba los fundamentos más importantes, como por ejemplo en uno
de sus párrafos dice textualmente: “No nace nuestro Partido a principios de
afección pasajera y personal, ni tampoco data su existencia de ayer, cuando
resolvimos constituirnos en asociación política. Los elementos que componen han
mancomunado más de una vez sus fuerzas dispersas para mantener las banderas de
los principios, a cuyas sombras se han cobijado los buenos para defender la
libertad, la justicia y el derecho. He ahí su gloriosa cuna en el pasado, he
ahí su más legítimo timbre en el porvenir para aspirar el aprecio y simpatía
sincero del noble y heroico pueblo paraguayo”
“Vinculado
por tradiciones honrosas, en un solo propósito para levantar el país de su
penosa y prolongada postración, consagrados a las arduas tareas de una labor
común, para asegurar el bienestar general de la comunidad, no hay poder que
pueda quebrantar la cadena de unión que nos liga, porque ella está afianzada
por los deberes del compañerismo en la persistente lucha por el bien, está
alimentada por los sentimientos de una misma fe, y fortificada por los
indisolubles lazos de la concordia y la fraternidad”
“Nuestro
programa se resume en dos palabras: Paz y Respeto a nuestras instituciones”
Y vamos a
otro párrafo de alta significación que dice: “la
soberanía popular es el gran fundamento de la República. El pueblo se ha
reservado el derecho de designar los mandatarios que han de dirigir sus
destinos, elevando a los puestos públicos a ciudadanos honestos e idóneos,
capaces de hacer su felicidad y de establecer en el país el reinado de la
justicia y de la moralidad política”
“Consecuentemente
con este principio democrático que impone a cada ciudadano el deber de velar
por la buena marcha de la administración y de defender las libertades públicas,
nos proponemos llevar a la representación aquellos que respondiendo a las ideas
enunciadas, sean la expresión genuina de la voluntad popular, haciendo que
predomine la opinión pública, antes que la influencia de elementos ilegítimos
ejercidas por círculos de dudosa significación política, sin títulos ni
antecedentes a la consideración pública”
“Para la
consecución de estos propósitos mantendremos firmes e inviolables la libertad
del sufragio, la palabra de la prensa, de la reunión, como condiciones
esenciales para asegurar el ejercicio tranquilo de los derechos políticos, en
la esfera de la ley y el orden, para realizar la gran divisa republicana, el
gobierno del pueblo por el pueblo”
Y en su
párrafo final se destaca la siguiente expresión: “agrupemos pues, nuestras
fuerzas, para que unidos todos bajo una misma enseña, podamos realizar las santas
aspiraciones de nuestros programas, en bien del pueblo a cuyas filas nos
honramos de pertenecer, conservando en nuestra fe, pura e inextinguible, como
grandiosa es la excelsa idea de la patria”
El
Manifiesto del Partido Nacional Republicano de 1887, resume un vasto programa
de gobierno de 6 aspectos principales:
1. La consagración del sistema
republicano de gobierno.
2. La construcción de un estado de
derecho.
3. La solidaridad como elemento de
vinculación con la sociedad.
4. La honestidad y la idoneidad del
hombre servidor del estado.
5. El rechazo de los planes corruptivos.
6. La reforma gradual del sistema
político-económico.
El texto del
manifiesto pone énfasis en señalar la adopción de la “forma de gobierno republicano”, código sublime “de los principios eternos que
deben regirnos en nuestra organización política” por estar allí “consagrados los deberes y derechos
del ciudadano”, es decir, sin decirlo expresamente, optaba por el
rechazo al sistema liberal cuyo vocablo ni siquiera fue mencionado.
Para
que no surja ninguna duda de una siquiera ligera aproximación hacia otras
doctrinas, se agregó que se propone “alcanzar
a realizar la gran divisa republicana; el gobierno del pueblo por el pueblo”.
Artículo también publicado en la web de la
ANR Partido Colorado http://www.anr.org.py/articulo.php?cod=1464