Artículos sobre Cultura Paraguaya

Comparto con ustedes algunos artículos que escribí sobre nuestra cultura paraguaya, la mayoría de ellos han sido publicados en la Revista Médica "Randall" dirigida por el Dr. Celso Fretes Ramírez.

 
La Higiene y la Salud en la Civilización guaraní (I PARTE)



                La palabra indígena o vulgo: indio, actualmente la asociamos con la falta de higiene, y la incapacidad de producir su propio alimento, como consecuencia del despojo y el exterminio de los bosques de su hábitat que constituían la fuente de su sustento,  al que hay que sumarle como uno de los responsables, al gobierno nacional que en épocas de campañas electorales, en su programa de gobierno, había puesto en primer lugar hacer justicia con los indígenas, devolverle los territorios que legítima y ancestralmente le pertenecen y al no cumplir este compromiso vemos el lamentable espectáculo de observarlos tirados en las plazas públicas y a sus niños mendigando monedas para su sustento.
                También es bueno recordar que quienes iniciaron la decadencia de los guaraníes fueron los conquistadores españoles que vinieron a explotarlos  y lo peor trajeron a cuesta enfermedades que hasta entonces no existían en la civilización guaraní.
                La historia, varias centurias atrás era totalmente distinta. El sabio suizo Moisés Bertoni fue un exhaustivo investigador de las costumbres y el estilo de vida de los guaraníes, gracias a él tenemos registrado en varios volúmenes toda la rica y preponderante historia guaranítica, donde resalta la importancia científica y práctica de la medicina que desarrollaban, con un profundo conocimiento de todo lo que le proveía la naturaleza.
                Y para dar sustentación a estas afirmaciones iremos comentando por parte como practicaban y que resultado obtenían de la ciencia que utilizaban. Al respecto, la higiene era un factor gravitante para que ellos gozaran de una magnífica salud que observaba como consecuencia una  extraordinaria longevidad que ponía de manifiesto la excelencia de su profunda observación de sobre todo lo que importaba para gozar de un cuerpo sano, fuerte, que le permitía enfrentar los riesgos que hoy día nosotros no podemos resistir.
                Valor excepcional dará al estudio de la higiene guaraní la comprobación de que este pueblo fue tan longevo, que muy probablemente ninguna otra etnia  le igualó en la duración de la vida, sobre lo que el célebre naturalista Marcgrav dijo “tenían larga vida y se podía ver entre ellos muchos viejos de 100 a 120 años”
                “Aunque muchísimos llegaban a la edad de 120 años, pocos son los que tenían cabello blanco o tordillo” y agrega que tan larga y fuerte vejez debía atribuirse, no solamente a la salubridad del clima, sino a su especial régimen alimenticio y manera de vivir.
                “Su vejez es extremadamente vigorosa; a los noventa años los hombres tienen todavía hijos; y un gran número entre ellos, que tienen más de cien años, no tienen un pelo blanco”. La vida ordinaria de nuestros Karaìves, como llamaban a los ancianos guaraníes era de 150 años y a veces más.
                En tanto que el estudioso antropólogo Rochefort aseguró que “no solamente hablaban con facilidad, más también conservaban la memoria, y su hablar era muy atinado”.

                Prosiguiendo con los comentarios de estos estudiosos de la vida de los guaraníes, ellos señalaban que “eran sobrios y frecuentemente ayunaban”, “nunca cometían excesos, ni en el comer ni en el beber”, “nunca comían frutas alteradas, ni que no esté bien madura, ni comida que no esté bien cocida” se entiende la que por su naturaleza debe serlo.
                Por su parte, Du Montel y Rochefort ponderaban la sobriedad de esta raza y comentaban “no comen a hora fija; pues su reloj es su estómago- es decir que no comían cuando no tenían apetito- y si era preciso para preparar bien los alimentos (que solían cocer muy lentamente y con poco fuego) aguantaban el hambre con la mayor paciencia”
                Su sobriedad no se limitaba al comer poco o comedidamente. Se esmeraban también en combatir el vicio de la gula “eran sobrios y detestaban las delicias y golosinas, y a todo lo que podía debilitar a su espíritu” “No eran capaces de tomar un trago de aguardiente, rechazaban toda bebida etílica, tomaban muy poco mate y no habitualmente, fumaban poco durantes breves momentos y no todos los días, pues tanto al tabaco como al mate los tenían más bien como remedios”
                Esa sobriedad se desmentía sólo en ocasión de las grandes reuniones; y si en algunas de tales reuniones se excedían, era sólo en el beber. Además, su “kauî” (bebida fermentada preparada generalmente de maíz, mandioca,etc) era muy poco alcohólico y ninguna de ellas fue comparable en fuerza a las bebidas actuales.
                Ayunaban obligatoriamente en muchas ocasiones, los ayunos fueron frecuentes y en general rigurosos. Aunque los motivos variasen mucho, prácticamente el ayuno guaraní representaba una verdadera institución. Había ayunos místicos, ayunos medicinales, ayunos de educación de la voluntad, y otros eventuales. Por lo demás, el saber resistir al hambre durante mucho tiempo, siempre fue  un deporte entre estos indígenas.
                Otra de sus costumbres era la de “No dar nunca nada que comer a los enfermos, mientras ellos no lo pidan aunque pasen un mes sin alimentos” en general desde que se siente atacado por alguna enfermedad, el Guaraní se acuesta, se envuelve, evitando la luz y el hablar, permanece largas horas sin moverse, a veces días enteros, como en un profundo letargo, y esto sobre todo ocultando en lo posible sus dolores. Si no sobrevienen síntomas alarmantes, nadie le habla ni le estorba; sólo se coloca algún cántaro con agua al alcance de su mano.
                El Aseo era la preocupación más general. Era muy cuidadoso, en la comida, en el cuerpo, en los habitantes y aldeas. Se bañaban con mucha frecuencia en todo tiempo. “hombres, mujeres y niños, al levantarse van a lavarse y a nadar a los arroyos, por más frío que haga” “En todas las aguas y ríos claros que encuentran, acurrucándose en las márgenes o entrando en el agua, mojan la cabeza, luego se lavan todo el cuerpo y zambullen como al estilo de los perros; y algunos días hay, en que lo hacen más de doce veces” Esta era una de las razones por la que rechazaban el vestir como los europeos.
                Aseo esmerado había en las comidas y todo lo referente a la preparación de los alimentos. Rochefort nos dejó detalles importantísimos con referencia a la limpieza de las comidas.
                Cada persona tenía su pequeña mesa aparte, a la cual se sentaba mediante el bajo banquito, todavía en uso en nuestras campañas. Sobre la mesa ponía el más aseado de los manteles que era una verde hoja de banana. “Siempre antes de comer se lavaban las manos con mucho cuidado. Aún los que cocinan, no tocan nunca nada de lo que puede ser comido, si no tienen las manos bien lavadas”.
Para terminar con el aseo del cuerpo señalaremos otro punto especial. Tal es el horror que ciertas impurezas despertaban entre los guaraníes, que las mujeres ocultaban con gran cuidado, su menstruación, y tan bien la ocultaban que algunas personas que vivieron entre los indios, no habiendo podido descubrir ningún indicio, llegaron a suponer que la suprimían. El científico Léry pensó que la suprimían mediante una fuerte y dolorosa escarificación.
                Según el sabio Moisés Bertoni la escarificación consistía en pequeños cortes que las mujeres se hacían a sí mismas con el objetivo de disminuir el sangrado menstrual, utilizando aguijones de palmeras, espinas de pescado o un pedernal filoso. Y hay que dejar en claro que utilizaban también hierbas medicinales como desinfectantes y cicatrizantes.
                Esta es una síntesis de la invaluable y profunda investigación que realizó Bertoni sobre el estilo de vida de los guaraníes y como dijéramos al principio, gracias a quien tenemos referencias sobre la sabia cultura que nuestros ancestros nos han dejado como legado y que lamentablemente por el avance de la civilización quedó en el olvido.

Referencia Bibliográfica: Bertoni, M “La civilización Guaraní” (1927)