lunes, 19 de marzo de 2012

Carta abierta a la juventud republicana

Por Arsenio Basualdo

El Paraguay es un país joven, el 70% de su población tiene menos de 30 años, esta realidad debe servir de punto de partida a los dirigentes nacionales y partidarios, para trazar una estrategia específica que vaya en beneficio de las inquietudes intelectuales, materiales y laborales de la juventud paraguaya.

Estos jóvenes van a estar en la plenitud de su madurez en unos pocos años más, y por ello deben ser objeto de una atención especial a fin de que reciban una formación adecuada a la era tecnológica que vivimos, con miras a un futuro próximo, en el que por imperio de los avances que se experimentan en todos los órdenes, han de desenvolver su acción en un mundo diferente y en constante transformación.

Estamos, pues, viviendo en revolución, eso significa concretamente que los valores tradicionales habrán de ser vitalizados con el aporte de nuevas conquistas, legado por la ciencia, la técnica y las nuevas disciplinas que van multiplicando el amplio campo del saber humano, en un medio cada vez más incitante y progresista.

La capacitación ideológica adquiere importancia excepcional en la política moderna. En el Partido Colorado se debe planificar y perfeccionar conforme a la experiencia vivida y recogida en varios años. Para ello, las jornadas de capacitación política son fundamentales, para que los jóvenes puedan adquirir la necesaria información sobre lo que significa ser colorado.

Estar afiliado es una cosa, sentirse consustanciado con el ideario del Partido Colorado, actuar como político en función de esa ideología y luchar por ella, eso es otra cosa, eso es ser auténticamente colorado y patriota.

Como colorados debemos ser leales de por vida a su honrosa tradición nacionalista, seamos leales a una sola bandera, con altivez y orgullo, como auténticos colorados. La capacitación ideológica y doctrinaria debe ser una constante. Hay que capacitar y dar oportunidad de una militancia permanente, para que como colorados se tenga que evidenciar y demostrar con ello, que se es un buen colorado.

El buen colorado milita en función de deberes y responsabilidades, en ese sentido, debemos informar, orientar y capacitar permanentemente a nuestros jóvenes correligionarios. Por lo que acabamos de señalar, no debe disminuir nuestra preocupación por la capacitación ideológica, técnica y científica de la juventud colorada.

Esa juventud debe prepararse para ser protagonista de actos y hechos transcendentales en la paz, en el trabajo, y en las luchas políticas sin retaceo para preservar las conquistas logradas.

Jóvenes colorados, tenemos el deber y la obligación de fortalecer a la Asociación Nacional Republicana, para que sea siempre el eje de la democracia paraguaya, y sea el Partido capaz de actualizarse a las exigencias de los tiempos que vivimos, para así, operar profundos cambios y reformas en el marco del respeto a la dignidad del hombre y a la propiedad privada, que es nuestra misión en creciente cumplimiento.

No pertenecemos a un Partido anquilosado, que teme a los cambios estructurales. Nuestro Partido crece y se fortalece, somos ya más de 1.800.000 afiliados lo que nos convierte en el Partido político más poderoso del Paraguay, por lo que podemos decir con absoluta seguridad que no habrá paz, democracia, garantía, ni desarrollo de base popular en nuestro país, sin el poderoso Partido Colorado, que es tolerante por vocación democrática, y por lo mismo, enérgico y sin concesiones ante los amagos de la anarquía, por lo general al servicio de intereses antiparaguayos.

Jóvenes, la casa de los colorados siempre está con las puertas abiertas, y las autoridades partidarias los recibirán como lo que son, una realidad y no un futuro, porque ustedes, al incorporarse con su fervor, con su entusiasmo juvenil, se convertirán en el sostén y en la continuidad del engrandecimiento del glorioso Partido Colorado.

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