domingo, 6 de febrero de 2011

El Partido Colorado se apresta a demostrar su poderío

El partido Colorado está actualmente en una intensa campaña proselitista para elegir nuevas autoridades en la Junta de Gobierno, en las seccionales de la república, y la renovación total de convencionales por un nuevo período. Para esta campaña electoral se ha batido todo un record de candidatos, con lo que quedó demostrado que la ANR no estaba tan alicaído como los opositores y la prensa dieron a entender.

Más de 1.800.000 colorados están legalmente habilitados para cumplir con su deber cívico el próximo 13 de marzo. Toda una demostración de poderío que empieza a hacer temblar al oficialismo, que entre ellos mismos siguen peleándose por cargos y prebendas, mientras que la ANR está demostrando a propios y extraños la consigna de que en el 2013 volverá al poder.

Muchos se preguntarán como el Partido Colorado pudo volver a fortalecerse tan rápidamente, después del caos que se apoderó de su institucionalidad, y la desorientación de miles de correligionarios como consecuencia, de la hasta si se quiere, inesperada derrota del 20 de abril de 2008. La respuesta es fácil, una digna representante del coloradismo tuvo el suficiente coraje y la gran valentía de tomar las riendas de esta gran asociación política, y enarbolando la bandera de la unidad fue conquistando poco a poco la confianza de los correligionarios, hasta entonces desorientados políticamente.

Así, con un trabajo silencioso, eficiente, y bien planificado, Lilian Samaniego logró lo que muchos no creyeron que fuera posible. Más bien pensaban que el Partido Colorado estaba en un tobogán rumbo a su desaparición, ¡cuan equivocados estaban! Porque hoy día la ANR está en la cima, lista para plantar su enseña roja con su rutilante estrella blanca, ondeando al viento, y señalando el rumbo por el que hay que continuar, para volver a conducir los destinos de nuestra patria, y convertirla en una nación progresista y poderosa, que permita a todos sus habitantes superar las necesidades con trabajo y bienestar para toda la familia paraguaya.  

Que estas elecciones del 13 de marzo sean un ejemplo de civilidad, de auténtico republicanismo, y que al término de estas elecciones no existan vencedores ni vencidos, para que así unidos y abrazados como hermanos, tengamos el placer de decir nuevamente “que un colorado es el mejor amigo de otro colorado”.

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