domingo, 6 de febrero de 2011

La mujer colorada: factor importante y decisivo en el futuro de la ANR

Estamos en el siglo XXI, el mundo ha evolucionado de una manera extraordinaria, la tecnología ha avanzado tanto que hoy resulta un viaje de placer tomar una nave espacial e ir a pasearse por el satélite natural de la tierra, la luna. Sin embargo, lamentablemente el machismo sigue imperando en el mundo de la política.

El mejor ejemplo lo tenemos dentro de nuestro propio Partido Colorado por que no queremos reconocer la capacidad intelectual y de trabajo de la mujer colorada. Para ello es necesario hacer un análisis retrospectivo de que nuestra gloriosa nucleación política en la primera década del siglo pasado, a través de dos grandes representantes de la intelectualidad de entonces y que hasta hoy siguen siendo un digno espejo donde deberíamos mirarnos todos para seguir su ejemplo, me refiero a Ignacio A. Pane, férreo defensor de los intereses de los obreros y de la mujer paraguaya y quien conjuntamente con otro gran paladín de la cultura Virgilio Silveira, presentaron en el Congreso de la Nación el primer proyecto de ley que concedía a la mujer plenamente todos sus derechos cívicos y de igualdad con la de los hombres.

Lamentablemente el machismo liberal se opuso tenazmente a concederle a la mujer el lugar que le correspondía en la vida política nacional, pero como colorados otros correligionarios expectables de la época siguieron reclamando la habilitación de esa ley que era justa y necesaria para reivindicar y hacer justicia a la mujer paraguaya.

Muchos años pasaron, y en la década de los 60 se volvió a insistir sobre este tema en el Parlamento siempre llevado de la mano de los representantes del republicanismo, hasta que por fin, se hizo justicia y la mujer logró ponerse a la altura de los hombres políticos con los derechos cívicos que había adquirido con esa anhelada ley, fruto de la perseverancia y del socialismo colorado, que deja en claro que todos somos iguales e idóneos para levantar a nuestra querida patria al tope del principio del respeto hacia el ser humano.

Queremos recordar a nuestros correligionarios la gran desazón producida por la caída del Partido Colorado del poder en el 2008, la ANR quedó desorientada, totalmente desubicada en el ambiente político y los correligionarios no encontraron respuesta al futuro del coloradismo.

Tras la renuncia de José Alberto Alderete a la presidencia del Partido, motivado por la caída del coloradismo del poder, las cosas empeoraron, nadie tuvo el coraje de hacerse cargo de la difícil situación por la que pasaba la ANR, y aquí viene la pregunta ¿quién puede salvar al partido de este colapso político? Silencio total a este cuestionamiento. La situación se agravó aún más, la casa de los colorados vacía, con empleados desmoralizados y que pasaron tres meses sin cobrar su sueldo hasta el punto de llamar a una huelga. Situación que ahondó más el temor de quienes deberían remangarse y  buscar una solución al grave problema.

La nave partidaria estaba a la deriva, sin embargo, una mujer, valiente, y de profundas raíces coloradas, tuvo el coraje de aceptar este tremendo desafío de sacar a flote a una nave que se estaba hundiendo rápidamente. La senadora Lilian Samaniego dijo “yo acepto el desafío” y puso manos a la obra dejando de lado rencores, disgustos que es lo que primaba en aquel momento e impuso una política de conciliación, de llamado a la unidad, y a pesar de la incredulidad y de la falta de fe al tratarse de una mujer por parte de los correligionarios, muy pronto empezaron a ver con sorpresa que el Glorioso Partido Colorado volvía a ponerse de pie de la digna mano de una gran mujer, se volvió a institucionalizar la ANR, administrativamente resurgió y hoy el resultado está a la vista, de propios y extraños por que estamos recorriendo nuevamente el sendero del éxito, con los grandes triunfos electorales que han hecho temblar a quienes hoy tienen el poder de la nación.

Entonces, es hora de reconocer que la mujer colorada es uno de los más apreciados valores con que cuenta la ANR, hoy día la mujer a la par del hombre se desempeña en altos cargos, ministras, senadoras, diputadas, embajadoras, lo que refleja fielmente que se le ha reconocido su gran capacidad tanto profesional como política.

Por tanto, el pueblo republicano, las autoridades políticas del Partido deben reconocer estos méritos y concederle el lugar que le corresponde dentro del manejo partidario a la mujer colorada. El estatuto partidario dice claramente que un 33% del poder político debe ser compartido con ellas y así se hará justicia y engrandeceremos aún más y potenciaremos al máximo al Partido Colorado para que en el 2013 volvamos al poder para alegría y felicidad del pueblo paraguayo.

http://www.anr.org.py/internacolumnista.php?id=8

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