viernes, 11 de febrero de 2011

La valoración de los hombres históricos

En la actividad cotidiana uno de los valores más importantes es la experiencia. Este elemento vital solo se consigue con el transcurrir de los años y es el fruto de la actividad constante de lo que hacemos.

Recordemos que el ser humano es un ser falible, nadie es perfecto, sólo Dios, y de allí que somos propensos a cometer errores en la vida, y como consecuencia sacamos las conclusiones que nos servirán para corregir esas equivocaciones, y de esa manera iremos mejorando sustancialmente nuestra vida, eso significa que hemos alcanzado la madurez.

En política es más que valioso tener en cuenta esta situación, actividad en que el valor de la experiencia es un capital importantísimo, sin embargo, el egoísmo, la ambición desmedida, en los últimos años, de algunos dirigentes, hicieron que los denominados hombres históricos del Partido Colorado sean dejados de lado con la cantinela irrespetuosa de que son “viejos” y deben ir a cuarteles de invierno, craso error, y a las pruebas me remito. Muchos de los políticos que actuaron con esa mentalidad en el reciente pasado terminaron estrellándose, y con ello llevaron al Partido Colorado, después de 61 años en el poder, a la llanura.

Esos mismos políticos hoy actúan con desesperación, tratando de volver al sitial perdido, utilizando el agravio, la rabia y el rencor, lo que hace que cada día se hundan más como consecuencia de sus desaciertos y de no querer escuchar a los que les pueden dar buenos consejos y orientaciones.

Un conocido refrán dice que “El diablo sabe por diablo, pero más sabe por viejo”, lo que viene a fundamentar nuestras afirmaciones.

El mejor ejemplo de lo que estamos comentando, está en la República Oriental del Uruguay, donde un veterano político “guerrillero” en su juventud, rebelde: José “Pepe” Mujica, con 75 años de edad llegó con el total apoyo de su pueblo a la Presidencia de la República, todos pensaron que iba a seguir actuando como lo que fue, sin embargo, la sabiduría que le dio su vivir demostró la importancia de su experiencia para ser un buen gobernante, un mandatario sencillo, justo, con una autocrítica que resulta altamente positiva para poner a su país en una franca carrera hacia el progreso y el bienestar de su pueblo.

En el Partido Colorado tenemos muchos ejemplos de grandes hombres, que se preocuparon más de su partido que de sus apetencias personales. Uno de ellos fue el Dr. Juan Manuel Frutos Escurra, ilustre y paradigmático cruzado de nuestro ideal republicano, que dedicó todas sus energías hasta el final de sus días al coloradismo.

Vivió intensamente toda la llanura con sus vicisitudes, persecuciones y exilio, sin que jamás una palabra de amargura o de odio saliera de sus labios o de su conducta ciudadana.

Era un hombre respetado por su trayectoria, por su experiencia de vida, y todos los políticos con deseo de hacer carrera en el coloradismo se le acercaban con el fin de pedirle consejos.

¡Que diferencia de los políticos de hoy! que al hombre que ya peina canas lo consideran un “viejo” que debe quedarse en su casa para no molestar. Más bien creo que temen que le hagan sombra y al mismo tiempo que estos “viejos” desnuden su escasa vocación de servicio, porque la política es eso; servir al prójimo, tratarlo bien, y no usarlo para obtener votos y después ignorarlo hasta unas siguientes elecciones.

El Partido Colorado tiene una pléyade de hombres históricos, que todavía están en condiciones físicas de ser útiles para ayudar a fortalecer al Partido, ya sea en el campo de la política, de la cultura, de la economía, y más que nada para la formación cívica y doctrinaria de la juventud, que es la sabia renovadora del coloradismo.

Creo que esta experiencia de tantos “viejos” no debe ni puede ser desaprovechada. Los hombres históricos no piden nada, sin embargo, ofrecen mucho para consolidar al coloradismo al servicio de la patria.

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